132#

Este año nisiquiera me he acordado de su cumpleaños.
No me he acordado de dejar de quejarme por un momento, tampoco de recapacitar sobre todo en lo que consistia mi presente, y los cambios que eran necesarios.
Por lo menos, vinieron solos.
Me he acordado de ti, cuando ya te habías ido. Quizá fueron las circunstancias, todo tan rápido, nadie se imagina un adiós tan cercano, sin nisiquiera un abrazo, por los años sin verte, aunque sea, por los momentos de antes, por mi inocencia, las luces, sus ojos, el verano, los veranos...
Por la huella, por lo que aprendí.
Le digo adios a este año lleno de lecciones con una mediasonrisa.
Pero feliz al fin y al cabo!

2011

& a happy new year........... (again)

2 comentarios:

Ivan Margusino dijo...

adios adios 2010
me encanto pasarlo contigo, fue grande.
espero que el tuyo fuera grande
el feliz año lo dejo para mañana jejeje
:D

Anónimo dijo...

Carta para el día en que nos acostumbremos.

Ésta es la carta para el día en que el frío nos pueda. Sí, cuando sepas quién llama y no lo quieras coger.

Cuando nuestros gestos sean una coreografía estudiada y practicada hasta la saciedad y la pereza no nos deje contemplar alternativas. Para el día en que tengamos que obligarnos a las caricias, limitados al respeto, por mera complacencia, con las manos pesadas y los dedos fríos. Para el día en que resoplemos cuando hablemos de vernos, pero lo disimulemos cara a cara como el mejor actor.

Para el día en que lleguen las excusas, las falsas prisas y los cuentos chinos. Cuando notemos el silencio agazapado en la garganta, y pese, y ahogue, y nos dé ganas de salir corriendo cada uno en distinta dirección… para estar solos, y echarlo todo, gritárselo al aire, maldiciendo el día en que la rutina se coló sin que te diras ni cuenta. Sin que nos diésemos cuenta.

Cuando sintamos el deber de dar explicaciones, por esto, por aquello (las gilipolleces de siempre), por lo que todo el mundo considera importante. Cuando nos sorprendamos asumiendo un rol que no habíamos elegido. Cuando ya no volemos con los pies en el suelo. Cuando ya no exista la emoción de encontrarse en cualquier lugar. Ni las miradas furtivas. Ni impulsos. Ni locuras. El día en que lo típico nos trague enteritos, de pies a cabeza, te voy a pedir una cosa: CORRE.

Corre más rápido que todos los tópicos, y no te des prisa en volver, porque no te pediré que lo hagas. No te esperaré y en el fondo sabré que volveré a verte. Cojamos cada uno un camino distinto y probemos a tropezarnos con las piedras que nos vayamos encontrando, no dejemos nada sin hacer, quememos noches, bares, portales, ascensores, camas, sofás y parques; y dejemos que el azar decida cuándo nos encontraremos.

Y cuando nos veamos venir de lejos, que se manifieste el repiqueo del estómago, que nos miremos fijamente, conociéndonos y a la vez siendo dos desconocidos que han aprendido la misma lección.

No, no te acostumbres a mí. Ni a mis gestos, ni a mi cara, ni a mi voz. Ni a mi mundo.

Volvamos a ser esos colegas de banco, pei y cerveza. Y hagamos como antes de empezar, reprimamos el deseo espontáneo y reservémoslo hasta que llegue la hora de echar de menos el encendernos con las manos, el contacto de los labios, el redoble de mirarse a los ojos intentando adivinar las intenciones.

No sé, quizás es mi miedo a volver a sentir aquello de “la cosa se ha jodido”, quizás porque sería una de tantas veces que dejo que la resignación me invada y se cargue la ilusión de empezar de nuevo.

Quizás porque pienso que sería una pena aceptar algo normal contigo, cuando a tu lado las etiquetas y denominaciones estándar acaban en la basura, y lo que somos o dejamos de ser lo decide un comecocos de papel.

----

Y se quedó mirando un rato por la ventana, cuando consiguió levantar la vista del folio.

Inmóvil. Inexpresiva.

De pronto, se sacó el móvil del bolsillo y comenzó a escribir.

"Acabo de echar a correr"

Y tras enviárselo salió de la habitación, con la sonrisa pintada en la cara, dispuesta a verse una película de esas de llorar a moco tendido… por llevarse un poco la contraria, por qué no.