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Pequeña escapada.
A Madrid, esa caótica, inquieta, nerviosa, la que me hace sientir un poco paleta, como si llevara en la mano una gallina y una maleta de mimbre, ese rollo. Pero la disfruto, es tan grande y hay tanta gente (no puedo evitar fijarme en todos y chocarme con alguien, soy de ciudad pequeña...) que hace que en cada sitio al que voy me sienta recogida por mi misma.
Pues eso, pequeña visita a mi amiga del alma, solete en el retiro, un poco de metro, zombie, pizza, cerveza y muchos heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
Yiii!!!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

DEL DIARIO DEL TROTAMUNDOS

No había estado en un supermercado desde hacía años. Me sentí como cuando se ve un avión por primera vez (te dices a ti mismo, no me lo imaginaba tan grande). Había tantas luces y tantas cosas, todo al alcance. Al principio no sabía ni donde iba, me daba la impresión de que no entendía como había aparecido allí. Miraba a la gente que venía e iba con una precisión casi perfecta. Cuando por inercia algunos tendían a mirarme, me dedicaban un gesto de incomprensión, como si yo no encajara en ese ritmo que imponían.
Al rato desperté y diferencié a una chica que ordenaba varias sartenes en una estantería. Le pregunté: “Perdone señorita, ¿dónde puedo encontrar sal?”
“Pues mire que anda usted perdido, esta es la sección de cocina, todo esta parte no es alimentación. Alimentación está pasando electrodomésticos y menaje y hogar. Después textil. Seguido vienen cosméticos y productos de limpieza. Y luego ya encontrará alimentación, primero la panadería y bollería, frutas y verduras, pescado, carnes, conservas, bollería industrial, y encontrará la sal en complementos entre la sección de desayuno y las bebidas alcohólicas.”
Creo que me la quedé mirando más de lo debido. Su sonrisa amable pasó a ser un gesto de incomodidad a la vez que de preocupación, mientras me preguntaba: “Señor, ¿se encuentra bien?”.
¿Qué era aquello? ¿Por qué había vuelto allí? Eran las preguntas que me venían a la cabeza y que intentaba contestar de manera inmediata. Al rato reparé en la chica, y saliendo de mi trance la dije: “Sí, sí estoy bien, no se preocupe, sabré llegar”.
Fui directo a la puerta de salida .

Yun dijo...

aplausos!